Párate algún momento al día, respira, conecta con tu persona, y dentro de ti, con el Dios que te habita… Revisa a quién dedicas tu tiempo… Mira si lo das a quienes lo necesitan, a quienes están a tu alcance y a los que te necesitan de verdad…
Buen samaritano
Me sumo a los samaritanos que dan su tiempo y su dinero… Gracias por las buenas personas que van por delante haciendo el bien e iluminan nuestro caminar… Agradezco de corazón por los que me enseñan a humanizarme…
Quién decís que soy yo
¿Quién soy para ti? Yo me paro y me tomo mi tiempo para ir sacando de lo que llevo dentro… Me salen cosas como: Alguien que está, permanentemente, presente en mi vida. Alguien que está buscándome, permanentemente, como el pastor a la oveja perdida. Alguien que inspira mis decisiones a diario. Alguien que acompaña mis sufrimientos… y podría decir más cosas…
Pan partido para la vida del mundo
“No somos los que repartimos el pan, sino, sobre todo, somos el pan que se reparte. No se trata tanto de dar lo que tenemos, sino dar lo que somos “Pan partido para la vida del mundo y sangre derramada para hacer posible la vida”…
Pentecostés
Voy descubriendo el sentido de pentecostés: PERDONAR. “A quienes perdones los pecados, les quedan perdonados…” Voy con mi imaginación acercándome a tantas víctimas que están intentando perdonar el daño que les han hecho. Y voy pidiéndole a Jesús que les de su fuerza de perdonar.
La paz os doy
Voy intuyendo qué clase de paz es. Le pregunto a Jesús si su paz es aquella que nos habita y que me habita, que nadie me la puede quitar pese a los vaivenes de la vida, pese a los miedos que me atenazan, pese a situaciones que me desbordan… Me mira con aprecio y me dice: “así es”.
Amaos los unos a los otros como yo os he amado
Deseo conectar con esa fuente de vida, con esa experiencia de ser amado por Él, para que en las situaciones en las que me encuentre, pueda estar a su altura. Y le escucho: “ahora donde yo voy sí puedes venir… Bienvenido a amar hasta el extremo, a dar la vida como te la han dado, a perdonar lo imperdonable, a confiar exclusivamente en Dios Abbá”











