Lc 6, 39-50

0. TEXTO
Jesús les puso esta comparación: “¿Acaso puede un ciego servir de guía a otro ciego? ¿No caerán los dos en algún hoyo? El discípulo no es más que su maestro: solo cuando termine su aprendizaje llegará a ser como su maestro.
“¿Por qué miras la paja que tiene tu hermano en el ojo y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si no te das cuenta del tronco que tienes en tu ojo, ¿cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Hermano, déjame sacarte la paja que tienes en el ojo’? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu ojo y así podrás ver bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
“No hay árbol bueno que dé mal fruto ni árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto: no se recogen higos de los espinos ni se vendimian uvas de las zarzas. El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que rebosa su corazón, habla su boca.
“¿Por qué me llamáis ‘Señor, Señor’ y no hacéis lo que yo os digo? Voy a deciros a quién se parece aquel que viene a mí y me oye y hace lo que digo: se parece a un hombre que para construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando creció el río, el agua dio con fuerza contra la casa, pero no pudo moverla porque estaba bien construida. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo se parece a un hombre que construyó su casa sobre la tierra, sin cimientos; y cuando el río creció y dio con fuerza contra ella, se derrumbó y quedó completamente destruida.»
1. UN COMENTARIO DEL TEXTO
El texto reúne varios comentarios de Jesús, aparentemente inconexos, pero que son interesantes para ser practicados por la comunidad cristiana. Y los pone seguidos a modo de reglas nemotécnicas para aprenderlos. Concretamente van dirigidas a estas personas:
– A los responsables de la formación en la comunidad: para guiar a otros… no se puede ser ciego, es preciso saber y ser coherente. Para los que aprenden: humildad, le baste ser como el maestro.
– A lo que ejercen la crítica en la comunidad: crítica sí, constructiva, pero con autocrítica, la paja y la viga. Para la corrección fraterna, primero dejarse corregir…
– Para no dejarnos deslumbrar por el modo de hablar de algunos que nos deslumbran.… los hay que hablan maravillas. Pero los frutos hablan del árbol. Por sus frutos los conoceréis. O de lo que rebosa el corazón, habla la lengua.
¿Cómo construimos los cimientos de nuestra casa, de nuestra vida? La respuesta es poniendo en práctica las palabras de Jesús, palabras de vida. Esa persona construye sobre roca. Y al contrario, el que no pone en práctica sus palabras construye sobre arena. La práctica permanente de vida, una vida de buenos hábitos permite mantener la casa sobre roca. Obras son amores y no buenas razones.
2. HACEMOS SILENCIO
Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).
3. VEMOS, ESCUCHAMOS, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente: ver, oír, gustar…
NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).
Sigo en el mismo lugar donde Jesús proclama las bienaventuranzas. Esa zona llana junto al lago de Galilea. Me sitúo junto a Él y miro a tantas personas y discípulos que le acompañan… bastante maltrechos por cierto y recobrando la esperanza a raíz de los dichos y hechos de Jesús que les han proporcionado confianza en ellos mismos y medios para tomar iniciativas creativas de bondad ante los poderosos, para no dejarse someter… Saboreo la escena, respiro esperanza… Me tomo mi tiempo…
Estamos todos sentados con Jesús. Les va planteando pistas para que acierten con la trasmisión de la fe en comunidad. Les comenta cómo aprender y cómo enseñar. Jesús les cuenta: “bastante tienen con ser como su maestro”… y escucho a mi alrededor: “el que aprende que lo haga con humildad, para no sentirse superior”… Sigue Jesús: “El que enseña que sea sabio y coherente porque, ¿puede un ciego guiar a otro ciego?”… Voy haciendo míos esos criterios para vivirlos…
Sigue comentando: “¿Por qué miras la paja que tiene tu hermano en el ojo y no te fijas en la viga que tú tienes en el tuyo?… ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo y así podrás ver bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”… Miro a los discípulos que agachan la cabeza porque se dan cuenta de que a ellos les sucede… Yo también la agacho… pues soy también así… Pido ponerme en el lugar del otro, “aprender a salvar la proposición del prójimo” que diría San Ignacio…
4. JESÚS Y YO
Jesús sigue mirando a las personas que le rodean, a la cara, porque se dirige a ellas con verdad… Topa con muchas miradas, también con la mía… Sigue comentando: “No hay árbol bueno que dé mal fruto ni árbol malo que dé fruto bueno”. Deseo aprender a tener criterios verdaderos y no dejarme llevar por ideologías: ese es de izquierdas o de derechas o bien es de tal grupo cristiano o de otro que no es el mío… o también es buen o mal orador… Pido fijarme en cómo actúa, cuáles son sus actitudes, sin dejarme llevar de prejuicios…
Jesús, sintonizando con los deseos de verdad de los que le escuchan y yo con ellos, responde a la pregunta de ¿cómo dar frutos?: “el que escucha estas palabras y las pone en práctica ese da frutos ”… Recuerdo que hoy se necesitan testigos más que doctores… Y Jesús me dice: “la práctica de las obras de misericordia, es el criterio cristiano y no la grandeza de nuestras celebraciones o grado del silencio de nuestras oraciones. Estos dos están al servicio de las obras de misericordia ”. Me tomo mi tiempo…
Aprovecho para preguntarle: ¿cómo seguir dando frutos en comunidad, cómo practicar con mis compañeros-as de comunidad la misericordia?…Y me recuerda: “en vuestra comunidad no estáis los mejores del mundo, estáis los que he llamado a vivir el evangelio, por eso quiéreles como son, quiérete como eres… Hazles saber lo bueno que pueden aportar, ejercita con misericordia la corrección fraterna…que no haya últimos sino iguales”… Entiendo que se trata de vivir al interior de la comunidad lo que pretendo conseguir en la sociedad… Pido corazón y cabeza para ello…
5. Vamos terminando la oración con un COLOQUIO con Jesús
Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… o le doy gracias… con un gesto de reverencia, juntar las manos; de agradecimiento, abriendo mis manos o de reconocimiento: señal de la cruz… y voy de nuevo volviendo a este lugar … Suelto los pies, abro mis manos… abro los ojos… Y termino escribiendo lo vivido, para que me ayude a fijarlo en mi vida.