La no violencia fortaleza de los “débiles”

Lc 6, 27-38

Imagen de Ben Kerckx en Pixabay.

0. TEXTO (leed el texto completo)

“Pero a vosotros que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os insultan. Al que te pegue en una mejilla ofrécele también la otra, y al que te quite la capa déjale que se lleve también tu túnica. Al que te pida algo dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames.

Haced con los demás como queréis que los demás hagan con vosotros. “Si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué hacéis de extraordinario? (…)

Y si dais prestado sólo a aquellos de quienes pensáis recibir algo, ¿qué hacéis de extraordinario? (…)

Amad a vuestros enemigos, haced el bien y dad prestado sin esperar nada a cambio. Así seréis hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malvados. Sed compasivos, como también vuestro Padre es compasivo. (…)

1. UN COMENTARIO DEL TEXTO

¿Qué hacer ante las situaciones de violencia cotidiana que sufrimos? En este texto de Lucas, se concretan algunas respuestas no violentas a situaciones de agresión que sufrían en su vida ordinaria Jesús, sus discípulos y la gente sencilla. Una primera violencia que sufrían: el ser golpeados. Se hacía con la mano abierta. Ante eso? Jesús dice: pon la otra mejilla. Es una respuesta que no se la espera el que le pega, porque pegar con el envés de la mano era degradante para la persona que lo hacía. Y es lo que les propone Jesús a los suyos. Lo cual descoloca y avergüenza al que golpea.

Las personas se vestían con dos prendas: la capa (lo de fuera) y la túnica (lo de dentro): “si alguien te quita la capa dale también la túnica”. Por tanto, si se lleva la capa le queda la túnica. Y Jesús le dice: dale también la túnica. Es decir, se queda desnudo. Con lo cual ¿cómo se queda la persona que le quita la capa? Recordamos la escena de S Francisco de Asís cuando su padre le recrimina que le ha dado tanto. Se quita toda la ropa, se queda desnudo y se la devuelve: ahí tienes lo tuyo.

Son textos que superan la ley del talión “ojo por ojo”. Apelan a la creatividad y a la imaginación en la respuesta. Supone valentía, es un enfrentarse sin violencia a la otra persona. Seguro que tenemos cientos de ejemplos, el típico que le atracan y que el atracado le pregunta la hora o le da los buenos días… y descoloca al atracador. Cuento este que sucedió en tiempos que hicieron una oración por la paz en la basílica de Begoña (Bilbao). Un grupo X empezó a entrar para reventar la oración. Y desde dentro empezaron a cantar: bakea beti zuekin “la paz esté con vosotros”. Ahí se acabó la agresión. En la película Oscar Romero, recordad la escena, cuando el ejército ha hecho de la Iglesia su cuartel y el obispo entra en la Iglesia, revestido con la casulla, ante los soldados que no se atreven a disparar.

2. HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. VEMOS, ESCUCHAMOS, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente: ver, oír, gustar…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Sigo en el mismo lugar donde Jesús proclama las bienaventuranzas. Esa zona llana junto al lago de Galilea. Me sitúo junto a Él y miro a tantas personas y discípulos que le acompañan y viven tantas situaciones de desprecio, tantas violencias cotidianas, tantas exclusiones y humillaciones… Pido corazón para hacer míos sus desprecios… Que me afecte lo que viven. Me tomo mi tiempo…

Estamos todos sentados con Jesús, el cual, después de desearles la dicha, la bienaventuranza a quienes le escuchan, les anima a esto: “Al que te pegue en una mejilla ofrécele también la otra”… Veo las caras de sorpresa… Disfruto con la propuesta valiente y creativa de Jesús ante esa situación de indefensión… Todos celebran la buena ocurrencia … y yo con ellos… Pero el golpe se lo lleva. Al no devolver el golpe, corta la respuesta de violencia… Deseo su creatividad y valentía…

Continua diciéndoles “al que te quite la capa dale también la túnica”…  y hace brotar nuevas sonrisas… Le dice Pedro a Tomás “vaya sorpresa que se iban a llevar contigo Tomás”… y Tomás: “pues mira que contigo”… Yo también sonrío por el modo como se lo toman… Pido creatividad para sorprender a quien me avasalla… Pido disponibilidad…

Y que se avergüence de la injusticia que ha cometido… Se ve que unos a otros se dicen: “es mejor quedarse sin nada… a ver si la otra persona toma conciencia de que ha robado”…

4. JESÚS Y YO

Jesús sigue mirando a las personas que le rodean a la cara porque se dirige a ellas con verdad… Topa con muchas miradas, también con la mía… Me quedo emocionado porque nos saca de nuestro rutinario seguir considerándonos unos donnadies, incapaces de responder sin violencia y nos anima a no aguantar pasivamente las injusticias sino a tomar iniciativas creativas… Le doy gracias de corazón porque saca de nosotros lo mejor, la compasión creativa… Me tomo mi tiempo…

Continua su discurso con esa vivacidad: “a los que me escucháis os digo, amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os insultan”… Jesús se dirige a mí y me dice: “tienes en tí mucha más vida de la que tú crees… Puedes vivir amando, estés en la situación de exclusión en la que estés”…. Por eso me dice: “Haz con los demás lo que quieras que los demás hagan contigo”… Pido que estas palabras penetren mi interior.

Continua: “ama a tus enemigos… porque así serás hijo de mi Padre celestial, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malvados… Estás hecho a su imagen y semejanza”… Me acuerdo de una de las páginas de oro de la humanidad. Sucedió en la guerra Serbia y Bosnia: las mujeres violadas por el ejército invasor fueron a proteger a las mujeres del otro bando de los soldados de su propio ejército para evitar que hicieran lo mismo que habían hecho con ellas… Me asombro y agradezco la humanidad de estas mujeres… y tantos otros. Me tomo mi tiempo…

5. Vamos terminando la oración con un COLOQUIO con Jesús

Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… o le doy gracias… con un gesto de reverencia, juntar las manos; de agradecimiento, abriendo mis manos o de reconocimiento: señal de la cruz… y voy de nuevo volviendo a este lugar … Suelto los pies, abro mis manos… abro los ojos… Y termino escribiendo lo vivido, para que me ayude a fijarlo en mi vida.

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