Mc 1, 14-20
0. TEXTO
Después que metieron a Juan en la cárcel, Jesús fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: «Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está cerca. Volveos a Dios y aceptad con fe sus buenas noticias».
Paseaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al agua. Les dijo Jesús:
–Seguidme, y os haré pescadores de hombres.
Al momento dejaron sus redes y se fueron con él.
Un poco más adelante, Jesús vio a Santiago y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca reparando las redes. Al punto Jesús los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, se fueron con Jesús.
1. SITUACIÓN explicación breve del texto
Jesús comienza su vida pública desde el movimiento de Juan el Bautista, es decir, continuando la estela de un detenido por la autoridad romana (política) y de un sospechoso-profeta para la autoridad religiosa. No es el mejor modo de comenzar. Y comienza en Galilea, tierra semipagana para los judíos, por tanto poco influyente. Pero esto le daba una cierta protección de Herodes, que está en Judea y una cierta distancia del control religioso de Jerusalén.
Su mensaje: en tres aspectos. Primero: Se ha cumplido el tiempo (kairos). Dios está cansado de tanta injusticia. Dios quiere hacerse presente con su Reinado. Llega el momento de algo nuevo. Y Jesús quiere hacer presente lo de Dios con su vida. ¿dónde está Dios? Donde está Jesús mostrando con su vida el Amor de Dios, el Reinado de Dios. Segundo: confiad en que es así, que Dios quiere llegar a salvar, salvar al pueblo y a cada persona. Esa es la Buena noticia, el evangelio, es decir, el descubrimiento que Jesús hace es que Dios es Abbá y nos lo comunica con su vida. Tercero: Convertíos, es decir, cambiad la dirección que lleva vuestra vida, cambiad de rumbo al barco de vuestra vida. En dos sentidos. Uno, hoy diríamos, dejad de lado el desertizar, deforestar, arrasar, dominar, desentenderse… y pasad a cuidar, atender, jugar limpio, ternura… Pero además, aunque nos impliquemos en hacer fraternidad, no siempre acertamos en el blanco, porque a veces queriendo hacer el bien sale el mal. Por eso, estamos llamados a corregir permanentemente el rumbo de nuestra vida ”por la fuerza del viento y de las olas del ambiente social”. Y hoy con la desigualdad terrible y el daño a la casa común, nos pide un estilo de vida sobrio y de cuidados, junto con una protesta firme para poner freno a tanto daño causado.
Estos son los cuatro primeros discípulos. Una primera comunidad para compartir la vida y misión: “os haré pescadores de hombres”, o sea para trabajar lo profundo de las personas, las motivaciones y las convicciones que generan nuevas conductas. Le siguen personalmente. Comienzan a vivir y hacer camino juntos. “Dejando sus redes, le siguieron”. Qué importante es estar disponibles para cambiar incluso lo que han hecho toda la vida, pescar, y estar abiertos a algo nuevo, que intuyen como mejor: “pescadores de hombres”. Necesitamos cambios profundos: mirar la vida compasivamente y actuar con entrañas de misericordia.
2. Comenzamos la oración HACEMOS SILENCIO
Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).
3. Vemos, escuchamos, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente, revivo la escena. VER, OIR, GUSTAR…
NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).
Comienzo la contemplación situándome, como si presente me hallase, en el embarcadero de Cafarnaúm… Cerca de Jesús están conversando unos y con otros de los que estuvieron en el bautismo de Juan. Cafarnaúm, ese pueblecito pesquero, el mayor del lago Galilea. Aprendo a estar…Escucho cómo viven el arresto de Juan bautista. Es el momento también donde se desahogan. Están de luto. Saben que la cárcel en la que le han encerrado, la de máxima seguridad, Maqueronte, es inexpugnable. La voz de la conciencia de Judea encarcelada y silenciada… Acompaño ese momento dramático lo mejor que puedo… y asumo el poder machacante de los poderosos que quiere apagar toda voz de libertad y humanización… Pido saber vivir las situaciones sin salida, con esperanza….
Pero en esta situación de hundimiento en la que estamos, Jesús comienza a hablar de nuevos tiempos, ahora precisamente que han clausurado el tiempo de la igualdad de oportunidades. Le escucho: “se ha cumplido el tiempo, Dios está cansado de tanta desigualdad, de que los poderosos siempre ahoguen los deseos de nueva humanidad con detenciones y muertes… Dios quiere otra cosa. Este tiempo toca a su fin, como decía Juan… ¿Con qué sensación me quedo al escuchar a Jesús? Sigo atento a sus palabras. Miro las caras de los que escuchan entre incrédulos y sorprendidos… y disfruto el momento…
Voy viendo que algunos empiezan a apoyar a Jesús: “es verdad, si nos hundimos contando nuestras penas, han conseguido lo que querían, apagar las esperanzas”… y se hace un silencio en el grupo… pero ¿qué podemos hacer? Uno comenta: por lo menos no tirar la toalla… Jesús dice: «Dios quiere que llegue el Reino de Dios, el tiempo del año de gracia, de la igualdad de oportunidades con un corazón nuevo… ¿Por qué no nos ponemos a vivirlo en lugar de lamentarnos?” Y de nuevo silencio… ¿qué sentimientos me produce? La gente se sigue sumando a esta manera que tiene Jesús de ver la situación… Aprendo a darle la vuelta a los discursos del no, de la impotencia, del desánimo…
Parece que Jesús se va creciendo y con Él la gente. Estoy junto a él cuandodice: “lo que sucede es que somos unos ateos, no creemos que Dios sigue vivo actuando. No confiamos que Dios nos cuida, nos cría, nos quiere vivos. ¿Es que tenemos que esperar a que alguien siempre nos saque las castañas del fuego? Dios nos habita a cada uno y a cada una. Es hora de descubrir la fuerza que continuamente nos está dando… ya es hora de que creamos en nosotros mismos, porque nos ha hecho a su imagen y estamos llamados a ser semejantes a Él”…Y poco a poco es como si las nubes se disipan y comienza a salir el sol en nuestras vidas… miro cómo me quedo por dentro. Pido conocimiento interno de ese Jesús, tener sus mismos sentimientos, para hacer frente a situaciones desesperadas…
4. JESÚS Y YO
Ahora Jesús fija su mirada en mí: ”Es hora de cambiar el rumbo mustio y monótono de nuestras vidas. No basta con dejar de hacer el mal: destruir, hacer mi vida, ser indiferente a la desgracia de los otros… sino que se trata de apuntar hacia la fraternidad”. Me tomo mi tiempo… y yo le digo que incluso con buena voluntad no siempre damos en el blanco de nuestros mejores deseos, podemos errar la decisión, ser engañados… Se lo cuento y le pido capacidad de corregir continuamente el rumbo, no cansarme de buscar para encontrar y encontrar para seguir buscando… ¿cómo me quedo?
Aprovecho para contarle a Jesús algunas situaciones que vivo, que han comenzado con buena intención y que al trascurso del tiempo se han torcido: una amistad donde una parte se ha aprovechado de la otra, un grupo de fe que se desmorona porque empujan en distintas direcciones, un equipo de trabajo donde pueden los individualismos, una propuesta de oración compartida que cae por falta de constancia, un voluntariado que no ha trabajado el hacer frente a las situaciones difíciles y ha sucumbido por daños personales no arreglados… y me mira y me dice «pues sí»… pero de eso también se aprende… Me tomo mi tiempo para asumirlo… y me quedo dándole vueltas: de los fracasos también se aprende…
Sigue diciéndome: “tú también como estos cuatro hermanos, Pedro, Santiago, Juan y Andrés, vamos a vivir y hacer camino juntos”, y noto interiormente un entusiasmo que me pone en marcha, como cuando de niño nos ilusionábamos con tantas cosas… Disfruto de ser convocado… Me tomo mi tiempo… Qué bueno contar con un grupo que anime, empuje, un grupo donde dejamos el Centro a Jesús. Un grupo que busque hacer la voluntad de Dios, que rezamos en el padrenuestro… Lo pido.
Jesús me anima a ponerme en camino, en ese rumbo, y deseo esa sintonía interior con Él, en su Espíritu. Pido “que tu santa voluntad sintamos y fielmente la cumplamos” en relación con tantas situaciones trastocadas por la pandemia: los que quedan empobrecidos, la tendencia a cerrar nuestras fronteras interiores y exteriores, la tendencia al autoritarismo, la indiferencia hacia los demás y el hacer mi vida… qué hacer, con quién o quiénes me junto para iniciar algo en línea de verdad… Y Jesús me dice: “en grupo, en grupo”… y yo voy viendo los grupos con los que tengo relación y con quiénes puedo ir trenzando esperanzas…
5. COLOQUIO
Con Jesús. Lo hago en forma de resumen de lo vivido en la oración. Le cuento lo que más me ha llegado, lo que parecía que iba para mí, un texto, una palabra, una imagen… Y le pido, le doy gracias…