Tentaciones

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Mt 4, 1-11

Imagen de Padrefilar (Pixabay)

 

0. TEXTO (leer los versículos enteros).

«Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes». Jesús le respondió: «Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».

Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra» Jesús le respondió: «También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios».

El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto».

Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.»

1. SITUACIÓN                                                         

Toda persona está llamada a llevar adelante una misión en su vida, un camino que recorrer. Habrá días de sol y de lluvia, viento a favor y en contra, ayudas y obstáculos. Va a estar permanentemente expuesto a condiciones favorables y adversas y sometido a la tentación. En el caso de Jesús, su misión es ser Hijo (lo que descubrió en el bautismo: “Tú eres mi hijo amado”). Por eso la tentación es: “Si eres Hijo de Dios…» y Jesús responde desde Quien le sostiene, desde Quien le da Vida.

Jesús, lleno del Espíritu, es conducido al desierto. Y allí es tentado/puesto a prueba por Satanás. El desierto es el lugar de la prueba, de la purificación de nuestros apegos. En el camino de la vida, como en el desierto, vamos a sentir necesidades biológicas, de seguridad, estatus, casa, comida. También necesidades de reconocimientos, de fama. Y necesidades de poder, es decir, de conseguir que los otros hagan lo que yo quiero. ¿Cómo decidir poner en primer lugar ser hijo y por lo tanto lo que nos hace hermanos antes que los apegos que nos salen espontáneamente?

Recordaba el año pasado que ahora que comenzamos un nuevo tiempo, ¿por qué no plantemos una cuaresma social-laical? Xavier Casanovas escribía hace un tiempo: “Creo que nos convendría mucho una versión laica de la Cuaresma. Así como la administración promueve y celebra el carnaval o las fallas, también podría promover un tiempo en el que, como sociedad, de forma compartida y consensuada, recordemos nuestra finitud y la de nuestro planeta, es decir un tiempo para celebrar la pausa o el silencio”… Porque sobre todo se celebra el ruido, el exceso y no vaya a ser que estas celebraciones acaben en algo impuesto como una fiesta sinsentido.

2. HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. ME HAGO PRESENTE: VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo en el desierto acompañando a Jesús y deseando aprender con Él… es un tiempo de silencio, de intimidad, de vivir pruebas y pido poder hacerlo yo a su modo… Me dice: “Ven, vamos a identificar la tentación en nuestras vidas”… es algo muy importante… Voy con el deseo de darlo todo, de ganar en libertad… Me tomo mi tiempo….

En los días de desierto, Jesús se topa con su apego a la seguridad, al hambre… Me confía lo que escucha en su interior: “Si de veras eres Hijo de Dios, haz que esas piedras se conviertan en pan”… En mi caso es el sueldo, el piso, las vacaciones, el descanso… pero Jesús no cede a la apetencia del momento. Jesús se mantiene firme: “No sólo de pan vive el hombre”… Aprendo la firmeza y la resistencia… Primero opta por la fraternidad… su seguridad queda en segundo lugar… Pido aprender a elegir a vivir con convicción y firmeza… Aprendo…

Pensando en la misión y en los medios para llevarla adelante, Jesús me dice que le surge la tentación de conseguir que las personas acepten su mensaje y se hagan de los suyos… Jesús me hace partícipe de su tentación, que es la mía: “Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo”… es decir, si adoras el poder, las fake news, las calumnias, los medios de control… serán tuyos… PERO me susurra: “Si amas algo dale libertad, si vuelve a ti será tuya, si no, señal que nunca lo fue”… Pido empaparme de esa manera de ser y de hacer… ¿Cómo me siento?

4. JESÚS Y YO. ME  SITÚO EN EL HOY

Jesús me sigue contando otra tentación: “Siento apego a ser importante para ellos… Si quieres que la gente te haga caso, haz realmente un acto espectacular. Tírate del alero del templo, no te pasará nada porque los ángeles te llevarán en sus palmas… y tendrás a todos a tus pies”… Un prestigio indiscutible, fuera de toda duda… Pido que ser también capaz de librarme de este apego y decir lo que siento y pienso aunque me quede sólo… sostenido únicamente por la confianza en el Dios de la Vida… Me tomo mi tiempo para saborearlo…

Jesús continua comentándome: “Os llegarán pensamientos de este estilo, ¿Ya sabes dónde te vas a meter, si nadie te lo va a agradecer… total, qué vas a conseguir?”… Continua: “En esas situaciones, busca en tu interior las experiencias que te dan confianza. Dios siempre está, aunque no le notes, el sol está, aunque haya nubes”… Le pido la capacidad de afrontar mis miedos y mis conflictos con confianza… ¿Cómo me siento?… Le pido: “No nos dejes caer en la tentación”…

Le compartimos alguna tabla de entrenamientos para esta cuaresma: “Hacerme presente en algún espacio de silencio, oración (parroquias abiertas para orar), incluso un espacio de silencio acompañado en Casas de cultura; un día de mi sueldo para necesidades socio ambientales, un ayuno con otras religiones el día de viernes santo”… Me mira con cariño… ¿A qué me anima su mirada? ¿Cómo me deja? Le pido creatividad y fortaleza para iniciar una cuaresma vital y ganar en libertad…

5. COLOQUIO

Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… Lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… Un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… O le doy gracias…

Y así termino, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

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