Mt 5, 38-48

0. TEXTO (leer los versículos enteros).
«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no hagáis frente al que os hace mal; al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.
Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, rogad por vuestros perseguidores; así seréis hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si amáis solamente a quienes os aman ¿Qué hacéis de extraordinario?, ¿no hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos ¿Qué hacen de extraordinario?, ¿no hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sed perfectos (buenos del todo) como es perfecto el Padre que está en el cielo.»
1. SITUACIÓN
“Ojo por ojo” y todos quedaremos ciegos. Alguien tiene que parar la espiral de la violencia. El evangelio nos da algunas pistas prácticas para aquel tiempo. Nos fijamos en una: por ejemplo “si alguien te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él”. Esto exigían los romanos a la gente del pueblo, que cargasen con algo que ellos llevaban. Cuando cargas no sólo la distancia que te pide sino mucho más, el elemento sorpresa coge desprevenido al poderoso que queda desconcertado con el comportamiento de esa persona. Se trata de ser creativos para hacer actos de este estilo.
“Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. «Prójimo» era para los judíos el que pertenecía a su pueblo, a su familia, a su cultura-raza. El enemigo era alguien extraño o extranjero que atentaba contra la seguridad del pueblo. Puede que alguien me haga su enemigo, lo importante es que yo no lo tenga por enemigo. Cuenta Fray Marcos que “En el mar siempre habrá olas, de mayor o menor tamaño, ahí. Al llegar al litoral, la misma ola puede encontrar la roca o puede encontrarse con la arena. ¡Qué diferencia! Contra la roca estalla en mil pedazos. Con la arena se encuentra suavemente y de manera imperceptible”. Esa sería la diferencia de nuestro Ser y Hacer.
Nos van a tratar injustamente. ¿Cómo conseguir defendernos de la injusticia sin violencia? La respuesta es: no eliminar la injusticia con la violencia. Eso pide ser buenos del todo como Dios es bueno del todo. El modelo de hijo es el que sale en todo al Padre. Jesús nos enseña a “ser buenos del todo” con su vida, sobre todo en la Pasión. Más tarde Gandhi, Luther King, Mandela y otros, inspirados en Jesús, fueron maestros de la no violencia para conseguir los derechos para todos.
2. HACEMOS SILENCIO
Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).
3. ME HAGO PRESENTE: VER, OIR, GUSTAR…
NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).
Estamos situados con Jesús en el discurso de la montaña… rodeado de una multitud que desea ser reconocida como personas en su pueblo y sentir la cercanía de Dios… Miro despacio a quienes, con Jesús, empiezan a revivir la esperanza… Me tomo mi tiempo para mirar esas caras que retoman la sonrisa, esos corazones que comienzan a latir… Saboreo el momento…
Allí están los apóstoles, y yo con ellos, cuando Jesús toma la palabra: “Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no hagáis frente al que os hace mal”… No entiendo pero le doy confianza a Jesús… voy a seguir escuchando. “Por ejemplo, si alguien te exige que lo acompañes (le lleves una carga) un kilómetro, camina dos con él”… “Sorpréndelo haciendo algo que no esperaba y a lo mejor se da cuenta de que se ha pasado”… Me doy cuenta de las tácticas de la no violencia… Escucho con toda atención… Me tomo mi tiempo…
Me sitúo cerca de Jesús… “Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra”… Me doy cuenta de que el poner la otra mejilla al recibir un tortazo con la mano abierta, implica que la persona que va a darlo de nuevo lo daría con el envés de la mano y eso estaba muy mal visto, con lo cual avergonzaba a quien dio la torta… Disfruto con la creatividad de Jesús… la capacidad de cargar sobre sí la violencia… y cortarla con su reacción no violenta… Saboreo y aprendo… Lo pido…
4. JESÚS Y YO. ME SITÚO EN EL HOY
Los que estamos sentados vamos notando que la cosa va a más. Continúa Jesús: “Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, rogad por quienes os persiguen “… Entablo una conversación con él: “¿Y si alguien me tiene como enemigo?” Jesús contesta: “Tú le puedes no tener como enemigo”… Comienzo a decirme que estas propuestas no me salen espontáneamente… ¿Cómo me siento?… ¿Qué pido?…
Jesús de nuevo se dirige a mí: “Así seréis hijos del Padre que está en el cielo, porque Él hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos”… Descubro que Jesús siente a todxs de la familia porque siente a Dios como Abba de todxs… Le digo: “Tú te sientes hijo y buscas hacer lo que un buen hijo ve hacer a su Padre: Amar a quien el Padre ama”… Pido yo también ser hijo de Dios al modo de Jesús…
Le pregunto: “Nos van a tratar injustamente. ¿Cómo conseguir defendernos de la injusticia sin violencia?”… Me contesta: “El secreto es no eliminar la injusticia con la violencia”… Continuo: “Pero eso supone una gran capacidad de amar y mucha creatividad”… Jesús responde: “Para eso estáis en grupo, en comunidad. Para hacerlo juntos… no en solitario”… Pienso en mi comunidad para hacer un taller de no violencia y un retiro que nos permita entrenar lo de Jesús… Doy gracias…
5. COLOQUIO
Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… Lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… Un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… O le doy gracias…
Y así termino, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.