Tanto amó Dios al mundo…

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Jn 3, 14-21

Imagen de OpenClipart-Vectors (Pixabay)

 

0. TEXTO (leer los versículos enteros)

“Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.

El que cree en el Hijo de Dios no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios.»

1. SITUACIÓN 

¿Quién es Dios? Nos acercamos a Él por analogía, pero hay formulaciones que nos ayudan: “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”. Dios es Aquel que busca plenificarnos, que tengamos Vida abundante participando de su Vida. Dios es amor y por tanto comunicación. Los que escuchan a Jesús su experiencia de relación con el Padre en el mismo Espíritu, formulan que Dios es Padre-hijo y Espíritu Santo, como vimos en el texto del pasado domingo.

¿Cómo es esa relación? Él nos ha introducido en su vida, nos ha hecho partícipes de ella. Nos siente de la familia, como hijos e hijas. “Mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios”. Jesús busca sanar, salvar: “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo”. Es más, es capaz de arriesgar su Vida por hacer que el mundo viva, que descubra la autenticidad de vivir y no la condena a la confusión y al sufrimiento sinsentido.

Por eso, vivir conectados a Él, en su Espíritu, nos permite vivir como hijos e hijas. Nos llama a sumergirnos donde viven sus hijos más rotos y perdidos para recuperarlos como hijos llamados a la Plenitud. Nos llama a vivir con ellos, con los de las cunetas y los perdidos. Esa conexión con Él nos anima a vivir con los hijos más maltrechos. Nos impulsa a vivir asumiendo la realidad tal como llega. Todo lo que llega es para aprender: La persona que ha venido era la persona adecuada, lo que sucede es lo único que podía haber sucedido.

2. HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. ME HAGO PRESENTE: VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Comienzo la contemplación situándome, como si presente me hallase, en el encuentro entre Nicodemo y Jesús. En la oscuridad de la noche veo acercarse en secreto a ese miembro del sanedrín (del Congreso) a hablar con Jesús… Es Nicodemo, que ha intuido que la humanidad que vive Jesús en sus palabras y acciones nace de una experiencia de Dios que supera lo que él ha visto y conocido hasta ahora… Le acompaño en su asombro… y en su búsqueda. Me tomo mi tiempo…

Nicodemo le expresa a Jesús como le percibe un Algo único y Jesús le dice: “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”… Nicodemo, que conoce la tradición de Israel, ya sabe que no nos entendemos como hijos biológicos de Dios como en otros pueblos… y le contesta a Jesús: “Tú actúas con una libertad insólita… y con una humanidad desconocida… Tú tienes otra experiencia de Dios”… Yo callo y escucho…

De nuevo habla Jesús: “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo”… Nicodemo replica: “O sea que Dios no es el que premia a los que cumplen la ley y condena a los que no la cumplen”… Jesús le contesta: “Se parece a un Abba (papá mamá) para el niño que comienza a balbucear sus primeras palabras, Alguien en cuyas manos se puede descansar confiado”… Saboreo la novedad y el aprendizaje… y lo hago mío.

4. JESÚS Y YO

Nicodemo pregunta: “Alguien nos tiene que dar a conocer esa Bondad y misericordia de Dios con sus hijos… ¿Es que ese eres tú?”… “Yo sólo doy a conocer con mi vida lo que he visto y oído a mi Padre, que no condena sino que da vida, Vida Plena”… Me doy cuenta de lo unido que Jesús va a Dios Abba… Disfruto ese momento.

En aquel instante, Jesús se vuelve hacia mí… “Tú también estás llamado a ser hijo, a vivir esa experiencia de sentir a Abba, que inunda tu vida de confianza, de creatividad, de futuro”… Continúa: Estás llamado a ser ese hijo que se mete en el barro donde son arrojados muchos de sus hijos, descartados por las potentes máquinas económicas de hacer negocios sin importarles la vida de sus semejantes… Tú eres hermano de tus hermanos, tómate tu responsabilidad”… Asimilo…

Me sigue comentando: “Tú estás llamado a sacarles de los lugares a los que les han condenado aquellos que no me conocen ni tienen corazón… a que vean por ti que Abba existe, que con tu vida puedan decir que este vive así porque está conectado con Dios… Dios debe ser bueno, a Dios le importamos”… ”Haz bueno a Dios”… Le pido que de su manos pueda vivir lo que me propone…

5. COLOQUIO

Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… Lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… Un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… O le doy gracias…

Y así termino, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

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