Cómo hacer que el Pueblo, la sociedad tenga vida…

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Jn 6, 51-58

Imagen de Martinophuc (Pixabay)

 

0. TEXTO (leer los versículos enteros)

«- Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo.

Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:

– ¿Cómo puede este darnos a comer su propio cuerpo?

Jesús les dijo:

– Os aseguro que si no coméis el cuerpo del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna; y yo le resucitaré el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre verdadera bebida. El que come mi cuerpo y bebe mi sangre vive unido a mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí. Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron vuestros antepasados, que murieron a pesar de haberlo comido. El que coma de este pan, vivirá para siempre.»

1. SITUACIÓN 

Este texto en el día del Corpus Christi nos recuerda cómo comprende Juan, en su evangelio, la eucaristía. El contexto: Galilea; miles de personas, el evangelio habla de 5000, siguen a Jesús. Es un pueblo conquistado por los romanos, influido culturalmente, que comprende la vida religiosa como una serie obligaciones a cumplir, con un Dios que castiga con enfermedades, pobreza o la desgracia, si no son fieles en el cumplimiento de la alianza.

La pregunta: ¿Cómo dar vida en esta situación? ¿Cómo suscitar esperanzas y prácticas de vida para hacer frente a la cultura ambiente de muerte? ¿Cómo alimentar la vida de este pueblo? Jesús, en el mismo capítulo 6, “viendo  las gentes como ovejas sin pastor, les instruye extensamente” y al final del día viven aquel signo de los panes donde la comida llega para todos. Comienzan a compartir Jesús y los Doce y lo mismo hacen los demás, llegando para todos, incluso sobrando. Y con el alimento llegan la solidaridad y la confianza.

Jesús continúa. Para que este pueblo tenga vida “yo doy a comer mi cuerpo y doy a beber mi sangre”, cuerpo entregado y sangre derramada para la vida del mundo. Para que el pueblo viva es importante crear espacios que se caracterizan por ofrecer la propia vida, con lo que soy y lo que tengo, la comida y tantas cosas. Espacios de vida compartidos (signo de los panes). Crear lugares de vida, hacer eucaristías. ¿Dónde? Esta vez en el campo (signo de los panes) y más tarde por las casas, en los templos. ¿Y nosotros? Hacernos uno con Él: “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna”. El vivir unido a Él genera vida, como los sarmientos dan fruto unidos a la vid.

Jesús dice ésto a ese pueblo convencido de que para que haya vida hay que echar a los invasores (romanos) que son los que no les dejan vivir y les matan a impuestos. Y para ello ya había un movimiento armado: Los celotes.

2. HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. ME HAGO PRESENTE: VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo con Jesús y sus discípulos que le rodean… Les ronda una pregunta clave: ¿Qué hacer para que la gente, el pueblo, tenga vida en medio de una cultura que genera tanta muerte y sufrimiento?… Jesús comprende muy bien la situación porque, como es uno de ellos, la está viviendo en propia carne… Escucho y trato de hacerme cargo de las duras condiciones de su día a día…

La gente que rodea a Jesús ha visto el signo de los panes… Tienen diversas expectativas acerca de Él. Los más políticos se acercan porque ven en él un líder convincente… Un gran grupo se reúne con él en Cafarnaum… Bastantes esperan que sea el momento de enfrentar a los romanos haciendo un movimiento armado… Otros quieren que alguien vaya delante dándoles oportunidades… Otros se mantienen expectantes por dónde va a salir Jesús… Veo que quieren llevar a Jesús a la posición que les interesa… Me tomo mi tiempo para percibir las presiones que recibe…

Jesús habla: “Para que el pueblo viva tenemos que entregar nuestra vida. Y yo abro camino”. Le escucho: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo»… Jesús parece querer decir: Se trata de que os alimentéis de mi vida porque “El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él. De la misma manera, el que me coma vivirá por mí”… Me quedo saboreando sus palabras… Cómo hacernos uno con Él para recibir su Vida y darla…

4. JESÚS Y YO

Soy consciente de que para algunos ese lenguaje se les hace ajeno : “¿Cómo que dar la propia vida, lo que uno es, lo que uno tiene…? Lo importante es quitar del medio a los que nos matan a impuestos…» Jesús les dice: “La cuestión es qué vida tenemos nosotros para ofrecer… No tanto qué quitar o a quién quitar, sino qué poner”… Empiezo a divisar dos caminos… Le pido hacer mías sus actitudes para vivirlas con quienes me rodean…»

Jesús me habla a mí: «Te aseguro que si no comes el cuerpo del Hijo del hombre y no bebes su sangre, no tendrás vida…» Y yo voy pensando: “O sea que si no me hago uno, si no conecto contigo, si no pasa por mi tu misma sangre, tu misma vida, no doy vida… Si no vivo tus mismos sentimientos, no tengo fuerza para proponer nada creativo y con futuro”… Le pido tener sus mismos sentimientos…

Con Jesús que me mira y me anima, a una con Él, miro también este mundo donde sucede “la venta de armas en el comercio ilegal, que enriquece a los mercaderes de la muerte” (como dice el Papa). Veo los que rompen la convivencia… y la fraternidad eucarística. Le pido a Jesús vivir la lucha por la fraternidad de forma pacífica, lo cual supone más valentía y creatividad… Se lo pido…

Jesús me invita: “Mira a otros que también van a una conmigo”. Y es así como me voy sintiendo unido a otros, formando el Cuerpo de Cristo en esta historia… Me tomo mi tiempo…

5. COLOQUIO

Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… Lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… Un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… O le doy gracias…

Y así termino, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

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