No así entre vosotros

Mt 23, 1-12

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0. TEXTO

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: en la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Hacen fardos muy pesados y los echan sobre las espaldas de la gente. Todo lo hacen para que los vea la gente. Les agrada ocupar los primeros lugares, les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame “maestros”.

Vosotros, en cambio, … Que el mayor de entre vosotros sea vuestro servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

1. SITUACIÓN explicación breve del texto

Aunque todos los textos del Evangelio son postpascuales, —es decir, se recogen lo que vivió Jesús y lo que estaba viviendo la comunidad de Mateo— en concreto este alegato a los fariseos parece ser más lo que vivía la comunidad de Mateo, cuando tras el año 70 cae Jerusalén y desaparece el mundo sacerdotal de los órganos del poder judío, y los fariseos se hacen con el control del judaísmo. Estos van a ser la referencia en el judaísmo y los que expulsan a los cristianos de la sinagoga, o los declaran herejes del judaísmo.

Mateo en este texto está hablando a los cristianos, acerca de la diferencia entre el antiguo Israel y los nuevos cristianos. La forma caduca de vivir es hacer para ser vistos (apariencias), ocupar los primeros puestos y que la gente los llame maestros; cargar fardos sobre los demás. En definitiva, sentirse mejores que los demás. La historia se repite, cuando el Papa Francisco habla de “la santidad del vecino de al lado”, comenta el riesgo que creer que, porque sabemos más que los demás, somos mejores que ellos, o incluso de un modo de religiosidad que cree que tienes las respuestas a todas las preguntas, como si ser cristiano fuera saberse de memoria el catecismo o los libros de teología.

Respecto a esto, hoy entre los jóvenes se habla de la autenticidad, es decir, no falsear lo que somos. En la sociedad actual se habla de fragilidad, de vulnerabilidad, de reconocernos con nuestros límites de todo tipo. Incluso en la espiritualidad se habla de la espiritualidad desde abajo, que comienza cuando en nuestro proceso nos hemos topado con el no poder crecer por nuestras fuerzas, no poder llevar adelante nuestros ideales y fallar. Si en ese tiempo somos sacados de nuestra miseria cuando no podemos más, comenzamos a descubrir que nos salvan, que no es por nuestras fuerzas, sino por regalo de “Alguien”, ser sanados, ser perdonados…

No os dejéis llamar ni maestros, ni padres, ni guías…  porque al considerarles así, se les coloca un peldaño por encima de los demás.  Se trata de sentirnos hermanos y hermanas. Incluso que el mayor se sienta servidor. No empleemos los títulos de eminencia, vuestra ilustrísima, señoría, eminentísimo doctor ni tantos otros… Pero este problema es de las dos partes. También los cristianos y ciudadanía actual llamamos de esos modos a los poderosos. A lo mejor lo hacemos para descargar de nuestras responsabilidades en los líderes económicos, religiosos, políticos… y perdemos nuestra libertad, porque nos sentimos más cómodos haciendo lo que nos dicen, aunque esto suponga una sumisión. Y de paso hay alguien a quien echarle la culpa. Esto pide responsabilizarnos.

2. Comenzamos la oración HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. Vemos, escuchamos, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente, revivo la escena. VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo en la escena, entro en ella, como si presente me hallase. Me sitúo junto a Jesús y los Doce, la buena costumbre de estar unos cerca de otros… Miro el ambiente alrededor… Escucho a Jesús que comienza a hablar: “en la cátedra de Moisés… se han colocado ellos como sus representantes” como queriendo poner en guardia a la gente. El que unas personas ocupen ese lugar no quiere decir que se les deba sumisión incondicional a lo que digan y hagan. Pido darme cuenta de que los representantes también son personas, no dioses, ni están por encima de los demás…

Sigo escuchando atentamente a Jesús dirigirse a la gente, y me doy cuenta de que se fija fundamentalmente en lo que hacen los fariseos… Hacer para ser vistos (apariencias), ocupar los primeros puestos, presumir de que la gente los llame maestros; cargar fardos sobre los demás… es un poder que les da su saber… Escucho atentamente aquello en que Jesús se fija, la práctica de su vida que es la que dice lo que es una persona… Me tomo mi tiempo para poder comprender mejor los estilos de vida que son engañosos para la fraternidad, como son el situarse por encima de los demás por apariencias, fama, estatus, conocimientos…

Y ahora se dirige a los discípulos con cariño y con verdad: NO ASÍ ENTRE VOSOTROS… Los mira de reojo como para recordarles algunas historias entre ellos: cuando discutieron quién era el mayor… y otras… Me doy cuenta de que esta mentalidad está presente también en los discípulos, el ser más que los demás, el que los demás hablen bien de ellos… Yo me siento también parecido a ellos… Pido tener la capacidad de darme cuenta de lo que me dificulta vivir al modo de Jesús y pido fuerza para ponerlo en práctica.

Incluso veo que con ese “no así entre vosotros” les dice a los Doce que no hagan dejación de sus responsabilidades en manos de los que saben, pueden o creen que son más que nosotros. Jesús les dice que son hijos, de la misma familia, que no se crean más, pero tampoco menos… Me tomo mi tiempo porque esto es importante para ser socialmente también responsables… Siento una alegría profunda al escuchar a Jesús pronunciar con tanto convencimiento esas palabras: “que el mayor entre vosotros sea como vuestro servidor” y podría decir que quien se sienta nada, sienta que es alguien… Respiro… Escucho internamente, porque han quedado flotando en mí… Saboreo el momento y lo repito internamente a fin de hacerlo mío…

4. JESÚS Y YO

Mientras estoy con los Doce en esa escena donde sitúa a las gentes sencillas ante los engaños de las personas influyentes de su tiempo, noto que quiere estar personalmente conmigo… No quiero perderme la ocasión de estar un momento a solas para pedir vivir del modo en que Jesús propone, que es a contracorriente y nada fácil. Me tomo mi tiempo para saborear su presencia, “estar estando”… simplemente para estar con Él.

Le pregunto de dónde le sale la fuerza para vivir así… me escucha, se sonríe… Me habla de su relación con Dios Abbá, Alguien de plena confianza con quien intima, con quien sintoniza, de quien aprende y cuya relación quiere vivirla comenzando con sus compañeros, los Doce, y con las personas que le escuchan y que quiere proponer a la sociedad entera como modo de vivir con Vida en esta sociedad… Le escucho atentamente y me tomo mi tiempo para saborearlo… le pido poder vivir algo semejante…

Me repite: cuidado con los que están en el poder, si hacen las cosas para ser vistos (apariencias), para aparecer en las portadas de los periódicos, aparecer en los lugares de honor, disfrutar de que les llamen entendidos y prestigiosos maestros, y hacer leyes que carguen sobre las espaldas de los demás, ocupar los primeros puestos… le pido tener lucidez para ver las prácticas de los poderosos y desenmascararlas

Sigo escuchándole y me dice que mire a mi alrededor, para que descubra dónde se viven estas relaciones nuevas que abren la puerta a una sociedad renovada… Aprendo a mirar a la gente sencilla, personas que no tienen envidia, que crean a su alrededor un ambiente de acogida y disfruto de tanta bondad… Le sigo escuchando: sería bueno que hicieses algunas prácticas de ser servicial, de limpiar lo que no quiere limpiar nadie, de estar con los que nadie quiere estar, de identificarme con los donnadies, de tener amigos entre ellos,… Le pido ser de esa manera, identificarme con las manos de Jesús, con sus maneras de hacer…

5. COLOQUIO. Resumen de lo vivido en la oración: un texto, una palabra, una imagen… lo que más me ha llegado, lo que parecía que iba para mí, aquello con lo que me identifico… Le pido, le doy gracias…

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