Jn 10, 27-30

0. TEXTO
Mis ovejas escuchan mi voz. Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y jamás perecerán. Nadie las arrancará de mi mano. El que me las ha dado es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos uno.
1-UN COMENTARIO DEL TEXTO
Como tantos textos del evangelio de Juan, este es una catequesis en la cual la comunidad de Juan plasma por escrito lo que descubrió que era Jesús para ellos: el pastor que da su Vida, la referencia clave que les da Vida, la referencia personal y de la comunidad para que tengan Vida y Vida abundante, el que les cuida, el que les saca cada mañana por lugares donde se nutren de verdadera vida, el que va delante de ellos. La comunidad, una minoría insignificante, vive en medio de una cultura poderosa, extraña para ellos, pero se siente conducida por el Pastor.
Camina esa comunidad al interior de una cultura de absolutos muy asentados, los dioses del panteón griego. Pero la comunidad de Juan se queda con Jesús, le elige a Jesús: en Jesús está Dios, Abbá, “El Padre y yo somos uno”. En Él han descubierto la vida verdadera y pese a ser un grupito que pasa desapercibido en la cultura de su tiempo, tienen la experiencia de que Jesús les conoce como el pastor a sus ovejas, y escuchan “la voz de Jesús” en esa situación convulsa que les toca vivir.
En este contexto de ser una comunidad perseguida por los griegos, de hecho Juan es desterrado a la isla de Patmos, y ser expulsados de la sinagoga judía, con riesgo de desaparecer, viven sabiéndose en Buenas Manos, “nadie las arrebatará de mi mano”. Viven de un modo contracultural, en minoría insignificante y en gran debilidad, a contrapelo de la cultura dominante. Es lo que a nosotros nos toca en nuestra cultura individualista, autoreferencial y desigual, impulsamos con Fratelli tutti y Laudato sí, una cultura de la amistad social y de la casa común viviendo la fraternidad
2. HACEMOS SILENCIO
Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).
3. VEMOS, ESCUCHAMOS, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente: ver, oír, gustar…
NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).
Me sitúo en aquella comunidad de Juan y este les recuerda la vida de Jesús… Escuchan… “mirad, cuando vivíamos con Jesús y cuando nos comentaba su descubrimiento de Dios como Abbá, se encontró también con muchas dificultades en la cultura judía de su tiempo, muchas veces discutía con las autoridades y con quienes estaban cerrados en lo suyo… e incluso una vez tuvo que alejarse para no ser apedreado”… Cómo me siento… Me tomo mi tiempo…
Juan continúa: “nosotros los Doce, cuando estábamos en Jerusalén, nos sentíamos como un pequeño rebaño que condujese el pastor… Allí no pintábamos casi nada porque se imponía el judaísmo por medio del control de los sumos sacerdotes, el sanedrín y los grupos de escribas, maestros de la ley y grupos de fariseos… Gente estudiada y poderosa. Aun así, Jesús les proponía algo totalmente novedoso y a veces les dejaba callados”… Escucho a Juan y crece en mí la confianza en un Jesús que con la experiencia de un Dios Abba, con su estilo de vida y su palabra, se va abriendo camino en mundos culturales poderosos… Me alegro de corazón. Me tomo mi tiempo…
Juan sigue narrando y yo no me pierdo sus palabras: “Nos sentíamos cuidados… Le escuchábamos… Nos sorprendía… Nos defendía… A veces le fallábamos… pero en Él encontrábamos palabras de Vida… A pesar de que nos decían: a dónde váis con ese soñador, con ese trasgresor, con ese que trae enseñanzas falsas… Además, podemos decir que nadie pudo arrebatarnos de sus manos, estábamos en buenas manos”… Hoy voy descubriendo que nos pasa lo de Juan, que a pesar de la cultura de la indiferencia, del individualismo, y la autoreferencialidad, lo que nos da vida es vivir “a lo Jesús”… Me tomo mi tiempo… Cómo me quedo…
4. JESÚS Y YO.
En esa comunidad de Juan, donde yo me siento presente, comento con ellos mi hoy: “la cultura occidental ha sacado a Dios de la sociedad, es de ciudadanos maduros vivir sin Dios, pero no sin absolutos… Está bien visto, en el mundo de la escuela, no plantear lo religioso, porque es una etapa de la humanidad ya superada, o si eres creyente, vive esas creencias en tu ámbito privado o en la sacristía… pero no en público”… Me desahogo… “Dios es para ellos como el sombrero que si quieres te lo quitas y no pasa nada. Pero para nosotros es como el corazón que si te lo quitas, te mueres”… Me tomo mi tiempo para afianzarme en lo que me da vida…
Y Juan me dice: “Hasta qué punto Jesús es Alguien vivo en vuestras vidas… Qué lugar ocupa en vuestras vidas… No se si, además de Jesús, hay otras cosas importantes en vuestra vida que rivalizan en vuestro corazón con Jesús ”… Se hace un silencio largo… y Juan continúa: “Para nosotros Jesús era lo más importante, vivíamos cada día recordando sus palabras… sus hechos… sus motivaciones… Vivíamos desde esa Vida que nos daba Vida”… Señor te pido que así sea en nuestras personas…
Con un poco de vergüenza, le digo que “no nos han perseguido como a vosotros, sí insultado o ridiculizado… sí que hemos tenido algún conflicto que otro por defender a los débiles o hacer un sitio para todos sin excluir a nadie o por decir que somos creyentes”… Me contesta Juan: “La fe se fortalece en la lucha… Tened confianza en que, nosotros podremos salir de las manos de Jesús… pero por su parte, Jesús nunca nos arrojará de sus Manos”… Pido vivir desde esa confianza…
5. Vamos terminando la oración con un COLOQUIO con Jesús
Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… o le doy gracias… con un gesto de reverencia, juntar las manos; de agradecimiento, abriendo mis manos o de reconocimiento: señal de la cruz… y voy de nuevo volviendo a este lugar … Suelto los pies, abro mis manos… abro los ojos… Y termino escribiendo lo vivido, para que me ayude a fijarlo en mi vida.