Hacer el bien nos une

Mc 9, 38-43.45.47-48

Imagen de Ahmed Akacha en Pexels

0. TEXTO 

Juan le dijo:

«Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».

Pero Jesús les dijo:

«No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.

1. SITUACIÓN explicación breve del texto

“Es de los nuestros” cuántas veces lo hemos vivido así… Pero así me voy creando contrarios o enemigos: nosotros y los otros. Aprendo a mirar lo que nos separa. Y hago crecer “lo nuestro” para  tener más fuerza, para tener más saber, para ser más importantes, para que se hable más de nosotros y no de “esos”, de los otros… Pero sin embargo Jesús: “el que no está contra nosotros está con nosotros”. Hoy es el momento de unir fuerzas. Todas las manos son pocas para hacer el bien.

Cuántas barbaridades se han cometido en la humanidad en nombre de la religión exclusiva. Y hoy en día en nombre de la ideología única. Ha llegado el momento de la diversidad. Qué importante ir trabajando juntos, los que somos diferentes… las diversas religiones, lo interreligioso, pero también las diversas culturas, la confuciana en China, la musulmana, la cristiana, la animista africana, la de la Madre tierra del mundo indígena, la hindú asiática, etc. el día que las religiones trabajemos juntas, la paz llegará a esta historia.

Escándalo: incitar a otro a abandonar la senda del bien, de la esperanza, de la gratuidad, del Reino de Dios y su justicia. Seducirnos con engaño para sacarnos del camino de la belleza, de la verdad, de la justicia para meternos en la religión del consumo, del hedonismo, de la indiferencia… Los que nos sacan del camino de la vida verdadera para meternos en el mundo de la apariencia. Cuántos anuncios, cuántas propagandas que nos seducen con reclamos de felicidad barata, de la que se compra, no de la que nace de un “salir de nuestro propio amor querer e interés” y construye vida.

2. HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. ME HAGO PRESENTE: VER, OÍR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo en esta escena del evangelio: Jesús se reúne con los Doce y yo con ellos y sin que le de tiempo a saludar, Juan le dice: “Había uno que en Tu nombre, estaba expulsando el Mal, sanando a quien lo necesitaba y se lo hemos impedido, porque no era de los nuestros”… Me centro en la escena… Me resuena como: “el bien en Tu nombre es cosa exclusiva nuestra… nosotros tenemos la patente… ¿cómo me quedo ante este modo de actuar?…

Jesús toma la palabra. “No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros, está a nuestro favor”. Me hace caer en la cuenta de que no tenemos la exclusiva del bien, que todo lo que se pueda remar a favor de la fraternidad, que hay tanto que hacer, que todas las manos son pocas… Dios actúa por medio de nosotros y de otros… Saboreo lo que escucho a Jesús… Dejo que penetre en mi corazón…

Jesús les dice: “lo nuestro es hacer el bien y reconocer el bien que hacen otros, esa es nuestra identidad”… Comienzo a entender que nuestra identidad es ser personas con una dignidad, personas dignas, que aman y se dejan amar, hijos e hijas de Dios a su imagen y semejanza… Le pido aprender a ver la bondad en los diferentes…

4. JESÚS Y YO

Jesús mira a los que le rodean y en su recorrido se topa conmigo: “es bueno que tú también aprendas a vivir esa identidad plural de los que hacen el bien”… Voy haciendo mías sus palabras… le cuento: “hace unos 5 años el papa Francisco y del Gran Imán Al Tayyib elaboraron el documento sobre la fraternidad humana”… Y me doy cuenta de que es la base sobre la cual trabajar nuestro diálogo y colaboración, islámica y cristiana… Saboreo esta relación dialogal…

En un momento, Jesús me dice: “Ay del mundo por los escándalos, qué terrible es que haya personas que inciten sobre todo a los débiles, a abandonar caminos que llevan a la paz, a la reconciliación, a vivir en verdad, a descubrir al Dios de la Vida que también habita su interior”… Le escucho con atención y me voy dando cuenta del daño que hace cambiar a peor, pasar a vivir una vida desordenada, que echa a perder tantos modos de vida que daban verdadera paz y alegría y cambiarlos por otros con apariencia de felicidad, que dejan vacías a las personas… Escucho…

Jesús continua: “sería preferible para esa persona que escandaliza, que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar”…Y unido a este Jesús, Señor de la Vida, descubro la muerte a la que llevan tantos anuncios que proclaman la religión del consumo o del propio provecho, o de una vida sin fundamento, o de un mundo tan imposible de mejorar que incita a la desesperanza… me recuerda: “tenemos la capacidad de hacer de este mundo un paraíso y de nuestra vida una bendición porque somos dignos, estamos hechos a imagen y semejanza del Dios Amor”… Saboreo la esperanza…

5. Terminamos la oración con un COLOQUIO con Jesús

Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… o le doy gracias… con un gesto de reverencia, juntar las manos; de agradecimiento, abriendo mis manos o de reconocimiento: señal de la cruz… y voy de nuevo volviendo a este lugar … Suelto los pies, abro mis manos… abro los ojos… Y termino escribiendo lo vivido, para que me ayude a fijarlo en mi vida.

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