Entrenarse para las dificultades y el dolor

Mc 8, 27-35

Imagen de Pexels en Pixabay

0. TEXTO (leed el texto completo)

Después de esto, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de la región de Cesarea de Filipo. En el camino preguntó a sus discípulos:

–¿Quién dice la gente que soy yo?

Ellos contestaron:

–Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que eres Elías, y otros, que eres uno de los profetas.

–Y vosotros, ¿quién decís que soy? –les preguntó.

Pedro le respondió:

–Tú eres el Mesías.

Pero Jesús les ordenó que no hablaran de él a nadie.

Comenzó Jesús a enseñarles que el Hijo del hombre tenía que sufrir mucho, y que sería rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Les dijo que lo iban a matar, pero que resucitaría a los tres días. Esto se lo advirtió claramente. (…)

1. SITUACIÓN explicación breve del texto

Esta escena tiene lugar fuera de Israel, al norte, junto al nacimiento del rio Jordán. Jesús quiere tomar distancia después de que sus seguidores le abandonasen al contarles los riesgos de la misión y comentarles que se trataba de que su vida fuese pan partido para la vida del mundo (Jn 6, 66). Es más humano dar la propia vida que quitársela a otro. Y eso no tiene futuro en un pueblo más interesado en que le solucionen sus problemas que en responsabilizarse de su vida. Y con una comprensión donde el problema primero es librarse de la dominación romana que les abruma con sus impuestos.

Posiblemente, Jesús quiere conocer un poco más en profundidad, también, el motivo del seguimiento de los Doce. Pues, a pesar de que le dejan todos los discípulos salvo los Doce, quiere conocer qué comprensión tienen del Mesías, alguien triunfante, o cabe también un Mesias perdedor. Por eso comienza a prepararles para lo peor.

Hoy yo ¿qué digo yo de Jesús? Cuando escucho en el evangelio lo que Él cree que le espera en el futuro, ¿sigo soñando con una Iglesia triunfante? ¿sigo soñando que la Iglesia tendrá un reconocimiento social en los diversos mundos: educativo, social, espiritual? O voy contando, aquí, con la posibilidad de una Iglesia martirial, como la de Cisjordania hoy (carta por la paz del Obispo). La de tantos lugares donde es perseguida o rechazada por la población, interesada más en el hedonismo o seducida por un individualismo o por un postcristianismo.

2. HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. ME HAGO PRESENTE: VER, OÍR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo con Jesús y los Doce por aquellos caminos, como si presente me hallase. Les acompaño, caminando por la orilla de los sembrados en tierras extranjeras, camino del nacimiento del Jordán. Y como siempre que se camina, se toma tiempo para pensar y conversar… Voy recordando los que abandonaron y los pocos que seguimos… Cómo me siento en ese caminar… Me tomo mi tiempo.

Es entonces, cuando Jesús les pregunta: “qué dice la gente y qué decís vosotros acerca de mí”… Y está atento a lo que cuentan los discípulos…“eres alguien importante, Juan Bautista, Elías, Jeremías o … un profeta”… Y Jesús: “pero estos profetas acabaron mal, creéis que lo nuestro acabará bien?” … Miro a Jesús, miro a los Doce… ¿cómo me siento, cómo me sitúo? Qué me sale pedir…

Estoy en el grupo cuando Pedro responde: “pero tú eres el MESÍAS”. Y escucho a Jesús: “Esto que hablamos aquí es para nosotros… Además, es bueno que nos preparemos para ser rechazados, no tanto por los romanos, como por nuestros hermanos judíos y sus autoridades, por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley… Podemos acabar mal… pero Dios, Abbá tiene la última palabra”…Veo las caras con las que se miran… No pueden creer lo que oyen … Pido tener los mismos sentimientos de Jesús y su realismo…

4. JESÚS Y YO

Jesús  fija ahora su mirada en mí, y me pregunta: “y tú quien dices que soy yo. Quién soy para ti?” Me tomo mi tiempo y comienzo a hacer memoria y comienzo a contarle: “tú apareciste un día en mi vida. Yo no había hecho nada para ello… Fue una sorpresa, mi edad… Fue todo inesperado… Me fui aclarando de qué o de Quién se trataba… y así seguiste” … y más cosas: “tú has ido haciéndote presente más intensamente, de un modo intermitente… de modo que tengo motivos para confiar en Ti”… y le sigo contando… Se que cada persona contaremos nuestra propia historia… y lo saboreo y agradezco de corazón…

Jesús se dirige de nuevo a mí y me dice:  “el camino de mi sufrimiento, si me sigues, será también el tuyo. Si quieres venir conmigo, no te voy a poner las cosas de color rosa: nos pueden detener, nos pueden interrogar, nos pueden abandonar los nuestros…y puede correr peligro nuestra vida”… Asimilo las palabras de Jesús, intento hacerlas mías… ¿cómo me quedo?… me tomo mi tiempo…

Le cuento a Jesús que a mí también me pasa que quiero huir del dolor… El dolor es algo que me echa para atrás… Jesús me escucha y me dice: “tu meta no es el gozo inmediato, sino adquirir la plenitud como persona… situarte más allá de tus apetencias y así hacer posible que tu vida sea pan para tantos”… Le pido ir conectando con Él para asumir lo que me llegue por llevar adelante el Reino de Dios y su justicia… me tomo mi tiempo…

5. Terminamos la oración con un COLOQUIO con Jesús

Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… o le doy gracias… con un gesto de reverencia, juntar las manos; de agradecimiento, abriendo mis manos o de reconocimiento: señal de la cruz… y voy de nuevo volviendo a este lugar … Suelto los pies, abro mis manos… abro los ojos… Y termino escribiendo lo vivido, para que me ayude a fijarlo en mi vida.

keyboard_arrow_up