Cuando todo estaba perdido… PENTECOSTÉS

Online

Jn 20, 19-23

0. Subrayados del texto del evangelio

Los discípulos tenían las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús entró y los saludó diciendo: ¡Paz a vosotros!… Como el Padre me envió a mí, también yo os envío a vosotros. Recibid el Espírituñ Santo. A quienes perdonéis los pecados, …

1. SITUACIÓN explicación breve del texto

La situación no podía ser peor. Jesús, la persona que lideraba el grupo del que formaban parte y con la que apostaron de por vida, acaba de ser crucificada. La cruz desacreditaba totalmente a quien la sufría. Hablaba en nombre de Abba… pero con esa muerte, lo de Jesús no puede ser de Dios

Los discípulos se quedan sin saber a qué atenerse, se les caen todas sus certezas. Jesús no estaba en lo cierto, estaba engañado. Además, llenos de culpa porque le dejaron tirado, sólo, y huyeron… y además están muertos de miedo porque si les encuentran, su vida está en peligro de muerte.

Cuando la situación no podía ser peor sucede lo mejor. Experimentan la presencia del ejecutado, vivo… a eso llamamos apariciones. Llega sorprendentemente… increíblemente real, pero inexplicablemente cierto… en medio de ellos, sucede algo totalmente nuevo. Tardarán un tiempo en ponerle nombre: apariciones, experiencias del resucitado…

Viven la situación como una Presencia que no les lleva cuentas. “Paz a vosotros”… y lo tiene que repetir porque no se lo creen de la alegría… “ paz a vosotros” Y les da una misión, un motivo para seguir viviendo. “Recibid el Espíritu Santo a los que perdonéis…” Y por medio de vosotros, perdonad a tantos, así arreglad tantas situaciones de odios, enemistad, rencores, deseos de venganzas…, ya sabéis para qué vivir. Esto es Pentecostés para el evangelio de Juan: la experiencia de la paz y del perdón.

2. Comenzamos la oración HACEMOS SILENCIO

Respiramos…profundamente… la respiración nos ayuda a salir de nuestros pensamientos (que nos atosigan) y nos centra en el presente. A lo que estamos…

Nos serenamos… Nos centramos… evitamos la dispersión.

Tomamos distancia de nuestras preocupaciones…. Ya las retomaremos después…

Conectamos con nuestro interior, con lo que nos habita, con nuestra Fuente de Vida.

Vamos haciendo silencio interior. En primer lugar, silencio no es ausencia de ruido sino ausencia de ego. Para hacer silencio lo mejor es “salir de nuestro propio amor, querer e interés…”

Nos vamos preparando para escuchar a fondo…

Pedimos vivir esta oración con confianza-disponibilidad y con dedicación…

3. VEMOS, ESCUCHAMOS, SABOREAMOS EL TEXTO. YO ME HAGO PRESENTE -revivo LA ESCENA. VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo, me hago presente en el texto, que es para que lo viva, para que lo experimente yo hoy… Lo hago uniéndome respetuosamente a esa situación. Me coloco en el cenáculo, entre los Once. Probablemente, estarían también las mujeres que seguían a Jesús, entre ellas su madre… Miro sus caras, desencajadas… un silencio que se corta… paso un rato así acompañando a los fracasados y los acobardados… la pregunta: ¿cómo saldremos de esta? Y permanezco sufriendo junto a ellos.

Y de repente, en un instante, sin solución de continuidad, de improviso, Jesús incomprensiblemente se hace presente, se acerca a ellos, … les habla, … y notan que recuperan la confianza, la paz perdida, el perdón, la alegría, … una alegría indescriptible les invade… y yo lo vivo así… Miro sus caras… la tristeza se vuelve en gozo intenso… y ahí me quedo disfrutándolo.

Escucho la palabra de Jesús: “paz a vosotros…”… Noto como el ambiente cambia radicalmente… cuando ya no había esperanza… ¿estamos soñando? La paz de quienes sienten que no les tiene en cuenta su abandono, se acabó la culpabilidad… No se lo creen de la alegría…y yo gozo con esa manera de hacer de Jesús.

Saboreo el momento… me tomo mi tiempo… “recibid el Espíritu santo, a quienes perdonéis… ”

Perdonados llamados a perdonar. Y vuelve a confiar dándoles una tarea de reconstrucción de tantas situaciones y relaciones rotas, por medio del perdón… lo revivo internamente, sin prisas, a fin de hacerlo mío… Y pido vivir esta situación como un regalo increíble del Cielo…

PETICIÓN.  Alegrarnos con las alegrías del resucitado, alegrarme con Jesús de que Dios le haya resucitado.

NOTA: y también la petición que surja en ese momento.

4. JESÚS Y YO. ME  SITÚO EN EL HOY.  EN ESTA SITUACIÓN que vivimos

No sé si alguna vez en mi vida me ha pasado alguna cosa parecida a lo de los Doce. Es bueno que tenga algo con lo que comparar para poder situarme en la experiencia que estamos contando, alguna situación donde ya lo tenía todo perdido e incomprensiblemente cambian las cosas radicalmente a mejor (algo sí fue la experiencia de la alegría de la presencia del resucitado).

Noto que Jesús cruza su mirada conmigo. También desea estar con mi persona. Yo en medio de esta situación (confinamiento) donde siento culpabilidad porque no he estado a la altura del momento, ahí es donde recibo la paz: “la paz con vosotros”, la paz contigo… y sana mis culpas, no lleva cuentas del mal, me da otra oportunidad… y doy gracias.

Y así desde mi interior noto que resuena en mí “recibe el Espíritu santo, a quienes perdones… ” (el perdón para comenzar algo nuevo), esta es mi misión y así la siento para mí hoy… y me quita el miedo del qué hacer ahora, …me saca del cenáculo de mi miedo y me lanza a la vida a perdonar…

Me siento lanzado a arreglar tantas costuras rotas en mis relaciones, tantas heridas en quienes me rodean, por envidias y ambiciones, comodidades, placeres… y siento su fuerza y su ánimo para afrontarlas… y siento también la llamada a sanar los daños de los enfermos, de los familiares de fallecidos, las heridas abiertas de los sin techo que vuelven a quedar en calle, de quienes han perdido su empleo, de quien no le llega para el alquiler… y noto una fuerza para hacerlo…

El Espíritu, el entregarme a vivir en ese Espíritu de Jesús, el ponerme en su longitud de onda, el conectarme a flujo de Vida, el vincularme… hace que se potencie lo mejor de mí, sin ningún mérito gratuitamente… y para bien de tantos… y pido con fuerza que lo siga viviendo así…

5. COLOQUIO. Resumen de lo vivido en la oración: un texto, una palabra, una imagen… lo que más me ha llegado, lo que parecía que iba para mí, le pido, le doy gracias…

keyboard_arrow_up