Lc 2, 16-21
0. TEXTO (leer los versículos enteros).
Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.
Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.
1. SITUACIÓN
El día 1 de enero. La Celebración de María Madre, del nombre de Jesús, del día de la paz. Posiblemente “Madre” es la palabra que se empleó para designar a Dios en los orígenes de la humanidad, como Aquella que da la vida, Aquella de donde surge la Vida, Aquella que nos engendra, que cuida en cada momento de nuestra vida. Cuentan que Juan Pablo I, a los días de ser elegido Papa, en una alocución contó: “Dios es padre, pero sobre todo es madre”.
Jesús. Nombre de una persona. En él quedaban reflejados los deseos que la familia proyectaba en ese recién nacido. En el evangelio de Lucas, “salvador”, el nombre que en la anunciación recibe María para el hijo que le va a nacer; y en el evangelio de Mateo, Enmanuel «el Dios con nosotros”.
María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Viviéndolas en la confianza, fiándose. No tanto entendiéndolas racionalmente sino asumiéndolas vitalmente. Ya se irán uniendo cabos. Algún día se aclararán…
1 de Enero, Día de la paz, del shalom. Día en que “habitarán juntos el lobo y el cordero”, en que “nadie hará daño a nadie en todo mi monte santo”, en que “no entrenarán para la guerra”, en que volverán a repartir las tierras (sus medios de producción) para tener igualdad de oportunidades…
2. HACEMOS SILENCIO
Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).
3. ME HAGO PRESENTE: VER, OIR, GUSTAR…
NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).
Me sitúo en el texto del evangelio, que es para que lo viva, lo experimente yo hoy… Lo hago uniéndome respetuosamente a la situación que están viviendo José, María y Jesús en el establo de Belén. Me hago presente… Cómo están viviendo ese ser dejados de lado, ser enviados al lugar del cobijo de los animales porque no había sitio para ellos en la posada… Cómo están viviendo que no les hicieron sitio en el lugar de las personas… Qué les escucho comentar, cual es mi disposición, qué hago por ellos…
En esto que llegan corriendo los pastores… traen un poco de luz de sus teas encendidas en esa noche oscura… se les nota que llegan con una sonrisa, con cara como de haber encontrado lo que buscaban… Llegan más pastores con la curiosidad de saber qué ha sucedido porque la vida de cuidar rebaños es aburrida, casi nunca pasa nada… y esto promete ser una gran novedad… Recibo a los pastores con José mientras María descansa con el niño en brazos… Gozo con la presencia de la gente sencilla…
Oigo a los pastores contar: «Nosotros estábamos ya cansados, casi nos entraba el sueño… siempre con un poco de miedo por los lobos y las fieras en el aprisco… cuando de repente… nos cegó algo así como una luz que iluminaba nuestra vida y una voz que decía: “Hoy en la ciudad de Belén os ha nacido un salvador… la señal (santo y seña) un niño acostado en un pesebre”…» Saboreo que Dios se haga presente a los que están en vela también hoy… Me tomo mi tiempo para aprender.
4. JESÚS Y YO. ME SITÚO EN EL HOY
Aprovecho que se van los pastores y José se queda agradeciéndoles… Me quedo con María que me va comentando: “Han sucedido muchas cosas de golpe para ser asimiladas, es bueno recogerlas, saborearlas en el corazón, dar gracias a Dios por ellas…” Empiezo a entender aquello de “María conservaba estas cosas meditándolas en su corazón”… Asumir la realidad confiando en el Dios de la vida… Me tomo el tiempo para aprender y hacer lo mismo…
Escucho a María hablar acerca de los próximos días: “Habrá que subir a Jerusalén a circuncidar y poner nombre al recién nacido”… Comenta con José: “Ya tenemos elegido el nombre, el que recibí en el anuncio del ángel. Jesús, salvador”… José contesta: “Así es. Confío en lo que me dijo María, nuestro hijo es para Dios, para lo que Dios quiera de él. Le educaremos para que conozca la voluntad de Dios para bien de tantos”… Yo escucho y me admiro…
Yo, como María, también quiero conservar todas estas cosas meditándolas en mi corazón. Medito cómo María y José son excluidos del lugar de las personas, de la posada y tienen que irse a lo que era el establo… También en cómo Dios se les hace presente a los pastores, de los que la gente decía que estaban lejos de Dios porque no podían ir al Templo… pero Dios va donde ellos… y doy gracias por poder estar acompañando estas situaciones aprendiendo de ellas… Doy gracias…
5. COLOQUIO
Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… Lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… Un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… O le doy gracias…
Y así termino, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.