Mujer, qué grande es tu fe

Mt 15, 21-28

Imagen de Sharon McCutcheon en Unsplash

0. TEXTO

Una mujer cananea que vivía en aquella tierra, se le acercó dando voces: –¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! ¡Mi hija tiene un demonio!

Jesús les dijo:–Dios me ha enviado únicamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.

Pero la mujer fue a arrodillarse delante de él y le pidió: ¡Señor, ayúdame! Él le contestó: No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros. Sí, Señor –dijo ella–, pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. – ¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres.

1. SITUACIÓN explicación breve del texto

Jesús tiene que pasar por una tierra extranjera. Es ahí, en el extranjero, donde sucede la escena del texto. Una mujer extranjera dando voces. Y le llama “Hijo de David” (el rey por antonomasia del Antiguo Testamento). Reconoce a Jesús como quien pasa por la vida con esa misión que tenían los reyes de hacer justicia a los oprimidos y así pide que le haga justicia a ella.

Una enfermedad psíquica terrible: “mi hija tiene un demonio muy malo”, tiene el infierno en su casa. Qué duro es ver sufrir a los hijos y eso de un modo permanente, sin poder hacer nada. Lo que una madre es capaz de hacer por sus hijos: se adelanta a Jesús y se planta de rodillas: “ten compasión de mí”. ¿Pide a Jesús por ella o por su hija? A veces el ser tan absorbente anula a los hijos.

Jesús le responde noblemente desde su mentalidad: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel” “no está bien dar el pan de los perros a los hijos”. Pero la mujer es insistente: “pero también los perritos comen bajo la mesa las migas que caen…” Y Jesús queda ganado por su confianza… ahí se le cae el cliché de “extranjera”. Desde la relación de confianza la mujer pasa a ser del pueblo. A Jesús se le ensancha su pueblo (y posiblemente a la mujer se le ensancha la relación tan fusional con su hija, pues Jesús sólo le da su palabra “vete, que sea como deseas”, no va a su casa a curar a su hija…)

La relación de confianza de la mujer y Jesús, le ayuda a Jesús a conectar con el Dios Abba, con el Padre de plena confianza y esto le permite a Jesús superar los clichés de pueblo exclusivo y asumir el sufrimiento de una persona que tiene delante. Los clichés hacen que no consideremos personas a los que tenemos delante y tampoco consideremos sus sufrimientos. Decimos: no son de los nuestros… La comunidad de Mateo, descubre que lo mismo que creen en Jesús los del pueblo elegido, también creen los extranjeros, por tanto nos hacemos uno en la fe, tanto el pueblo elegido como los extranjeros. Es un texto de apertura a la universalidad que será el gran tema del concilio de Jerusalén… Encuentra pistas para esa apertura en la vida de Jesús. Y esto gracias a la actitud de una mujer. Jesús sigue creciendo (como de niño), en sabiduría, en edad y en gracia, sigue aprendiendo.

2. Comenzamos la oración HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con texto del evangelio a contemplar hoy.

3. Vemos, escuchamos, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente, revivo la escena. VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Entro en el texto, que es para que lo viva, lo experimente yo hoy… lo hago uniéndome respetuosamente a la situación que están viviendo Jesús, los doce y la mujer cananea (extranjera en la mentalidad judía). Me hago presente… me tomo mi tiempo.

Los discípulos le recuerdan que hay una mujer que viene gritando detrás de ellos y que le atienda para que les deje en paz. La mujer de rodillas delante de Jesús. “Señor ayúdame”. Él responde desde la mentalidad unánime de su pueblo: “Dios es para sólo para el Pueblo elegido” por eso, “no está bien dar de comer el pan de los hijos a los extraños…” Me hago presente en el texto y recuerdo frases que decíamos o decimos: fuera de la Iglesia no hay salvación, pero también: fuera de la sociedad de consumo no haya salida…” Mantenemos la tensión de ver cómo va acabar aquella situación… pedimos la paciencia para esperar que llegue la fraternidad…  

Miro con Jesús cuando recibe la respuesta de la mujer: “sí pero también los perrillos comen las migajas debajo de la mesa de los señores”… Es la constancia personificada y la confianza… Contemplo la escena pacientemente… veo lo que produce en Jesús esa confianza de la mujer arrodillada delante de Él… y saboreo esa situación “esperando en silencio la salvación de Dios”… Veo a Jesús, y aprendo con él a superar los clichés. Descubro que lo hace así porque funciona unido a Dios, Abbá de todos-as. Por eso es capaz de decir: “mujer, grande es tu fe, que se haga como deseas”… Me tomo mi tiempo para conectar  con la experiencia del Dios de Jesús, para abordar así las situaciones y mentalidades llenas de prejuicios, que nos rodean, y que me influyen… Pido tener los sentimientos de Jesús… Saboreo la situación. Le acompaño en respetuoso silencio.

4. JESÚS Y YO. 

Descubro que Jesús me mira como queriendo que yo aprenda con Él. Con Él, me llama a participar en el encuentro con la mujer sirofenicia. Me mira y me sitúa en mis prejuicios, mi mentalidad cerrada que a veces me ha llevado a excluir de la Iglesia o a no defender a personas homosexuales, separados vueltos a casarse… La Amoris Letitia es un intento de hacer sitio a tantas personas desde la Misericordia.  Y saboreo esta relación excepcional de Jesús con la mujer, con alguien excluida desde los prejuicios.

Y Jesús quiere que vaya con Él, le acompaño para estar cerca de familias que viven enfermedades serias a su interior… y familias con tantas relaciones complicadas, por no vincular bien, sea por abandono o por posesividad… traigo también a tantas personas dependientes. Jesús me anima y parece que con su presencia cojo fuerza para lo imposible…  y eso le pido… me tomo mi tiempo.

Jesús me escucha cuando le hablo acerca de los prejuicios de la sociedad, de los cuales participo. ¿hago el mismo caso a quien me pide algo? ¿Depende de que sea de izquierdas o de derechas o toxicómano o sano,  estafador u honrado, agnóstico o cristiano, de aquí o de allá…? le pido que supere los clichés… y me acerque a cada persona. Miro con Jesús, lo que es capaz de hacer con esa mujer: sanar a su hija y por tanto hacerle partícipe de las mismas oportunidades que las personas de su pueblo… Miro mi mentalidad. Pido que mire a los extranjeros, a los inmigrantes y busque para ellos las mismas oportunidades que los locales, comenzando por la sanidad… Lo saboreo… Jesús me anima a poner cara a las personas, y desea que surja la confianza  con ellas y así podamos tocar su sufrimiento y nos impliquemos con ellas… y formemos parte de la misma humanidad, de la misma familia humana que decimos los cristianos. Pido que así sea…

5. COLOQUIO. Resumen de lo vivido en la oración: un texto, una palabra, una imagen… lo que más me ha llegado, lo que parecía que iba para mí, le pido, le doy gracias…

keyboard_arrow_up