Mc 1, 1-8
0. TEXTO
Principio de la buena noticia de Jesús El Cristo, el Hijo de Dios.
El profeta Isaías había escrito: “Envío mi mensajero delante de ti…” Sucedió que Juan el Bautista se presentó en el desierto bautizando a la gente. Les decía que debían convertirse a Dios y ser bautizados, para que Dios les perdonase sus pecados. De toda la región de Judea y de la ciudad de Jerusalén salían a oírle. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.
1. SITUACIÓN explicación breve del texto
Este texto de adviento es denso. Marcos escribe el evangelio en la comunidad de Pedro en Roma, donde hay judíos y romanos (gentiles), por eso el título que aplican a Jesús es doble, Cristo-Mesías (para los judíos) como Hijo de Dios (para los romanos). «Evangelio» significa buena noticia de Jesús, lo más humano que ha pasado por esta historia, tan humano, tan humano, que es divino.
Juan es el profeta que trae una oportunidad de Dios para TODOS en un Pueblo donde no hay oportunidades. Las personas de aquella sociedad no sólo no podían salir de su estado de vida sino tampoco podían ganarse el favor de Dios, la aceptación de Dios. Les decían que, con la vida que llevaban, Dios estaba alejado de ellos y no había modo de conseguir su cercanía. Como en aquel Pueblo, Dios era lo más importante, era lo que definía su situación vital, el no poder vivir su amistad les sumía en una profunda tristeza, con un modo de vivir culpabilizado y sin poder cambiar su suerte.
Pues bien, Juan anuncia que Dios llega a nosotros, a cada uno y al Pueblo, para TODAS-OS. Esta noticia era tan increíble que al comienzo dudaron si podía ser cierta. Y es que en el Pueblo de Israel llevaban 250 años sin profetismo. Era algo totalmente novedoso que cambiaba radicalmente su situación en la existencia. Dios les daba una oportunidad. Y así lo fueron creyendo. Por eso muchos se acercan a bautizarse, para poder iniciar la vida, con un pasado perdonado, con una reconciliación con lo central de su vida, “confesaban sus pecados y eran bautizados”. Introducidos en el agua, dejaban su pasado en el río y se disponían a llevar adelante la oportunidad de vivir en paz con Dios.
¿Y nosotros? Dios desde siempre nos está viniendo (adviento), a diario, desde los orígenes, siempre se nos está dando. Pero hay momentos en que parece que notamos más densa su presencia, conectamos más, como en tiempos de Jesús le notaron en Juan el Bautista. Así puede suceder hoy por ejemplo con la Fratelli Tutti de Francisco, y los más de 2000 economistas, empresarios y emprendedores de 120 países, convocados en Roma por la economía del bien común.
Por eso, convertíos, aprovechad la oportunidad de subiros en el carro de la fraternidad, del Dios de la Verdad, no estéis distraídos, despistados, huyendo hacia adelante o diciendo más vale lo malo conocido y con otros pensamientos e intereses que nos descentran. En el supermercado de la salvación nunca se han ofrecido tantas alternativas a las necesidades de placer, de consumos, de distracciones, como hoy. Y por tanto, nunca es más necesario que hoy el profetismo, y la capacidad de distinguir, discernir lo auténtico de lo falso y lo verdadero de lo engañoso como hoy. Céntrate, conviértete.
2. Comenzamos la oración HACEMOS SILENCIO
Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).
3. Vemos, escuchamos, SABOREAMOS EL TEXTO. Me hago presente, revivo la escena. VER, OIR, GUSTAR…
NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).
Me sitúo en la escena, entro en ella, como si presente me hallase, Juan que anuncia la conversión, la multitud que llega para bautizarse, entre ellos andará Jesús… Escucho que les dice: “bautizaos para que Dios perdone vuestros pecados”, quite de vosotros esa carga pesada, esa mochila que lleváis al hombro que os hunde… Y aprovecho para saborear ese momento donde la gente siente que Dios es el perdonador y no el justiciero. Que su vida tiene una oportunidad. Y hasta ahora, nadie se la ha dado. Me tomo mi tiempo…
Trato de escudriñar lo que preocupa al grupo que llega al Jordán y descubro que es su deseo de que los tiempos cambien… Observo cómo se miran unos a otros, al escuchar a Juan, y quedan asombrados de que Dios les quiera como son, con sus pecados, con los daños causados… se les ve con una emoción difícil de contener, con un gran peso que se les quita de encima, y saboreo este momento que es único en sus vidas… y de una alegría contagiosa.
Escucho cómo le piden tomar parte en un rito de comienzo de nueva vida, el bautismo le llaman. Es un signo fuerte… Veo cómo pasan unos y otros, llegan con su saco cargado de daños, culpabilidades, situaciones irreversibles… Veo cómo se ponen en la fila del bautismo, y voy escuchando aquello de lo que se arrepienten. Voy oliendo el perfume del cambio de la primavera que llega… y lo hago con tiempo.
Miro cómo, al confesar sus ofensas, Juan les introduce en el agua y escucho que les dice “suelta ese saco tan tremendo que llevas al hombro, en el río para que el agua se lo lleve rio abajo y disuelva tanto daño causado”. Dios os perdona. Os da esta oportunidad a todos… acoge la oportunidad de Dios… Veo a las personas salir del agua con la alegría de comenzar una nueva vida y con la paz de vivir una oportunidad única… Me uno también a ellos en ese gesto de cambio de vida. Y pido con ellos un nuevo comienzo… Me tomo mi tiempo y rumio en mi interior con gusto lo que estoy viviendo.
Veo las caras de alegría de quienes se quitan una losa de sus vidas por tantos daños causados y que les pesaban en la conciencia y que ahora sienten que pueden recuperar la cercanía con Dios y, desde esa cercanía, acercarse a arreglar las situaciones con los demás y reconciliar relaciones. Saboreo el momento, sin prisa, la reconciliación con Dios y con todos…
4. JESÚS Y YO
Sigo en la zona del Jordán donde Juan bautiza como si presente me hallase. La multitud que llega de tantos lugares, Juan que llama a la conversión para ser perdonados… siento que esto va también por mí… y estoy viendo cómo llegan al lugar de las oportunidades, tantas personas, como si llegasen al «black friday», pero en vez de ir a comprar y a comprar, van a cambiar y a cambiar, para centrarse y centrar sus vidas… Disfruto de tantas personas deseando una vida nueva, un nuevo comienzo para sus vidas, una oportunidad impensable… Y yo también me sitúo feliz…
Me encuentro yo junto con tantos y tantos en el Jordán para ser bautizado, sabiendo que entre la multitud también Jesús va a ser bautizado. Estoy allí para dejar de hacer mi vida y ponerme a conectar con lo que Dios desde siempre ha querido para mí. Estoy allí para recuperar a Dios en mi vida y con Él recuperar la Vida, que a causa de mis intereses egoístas he dañado o incluso he roto en otros… y agradezco que Dios sea así perdonador y deseo ponerme con todas mis fuerzas a salir de mis intereses mezquinos y conectar con el deseo del Dios que hace salir el sol sobre buenos y malos…
También me sitúo en la presencia de Juan para reconocer mi camino equivocado, mis intereses individualistas sin contar con los demás, los daños causados a mi familia, en mi actividad laboral, el estilo de vida por encima de mis posibilidades, mis gastos superfluos, mi nivel de consumos, mis placeres desordenados… el daño que he hecho y el daño que me he hecho… y me dejo bautizar, sumergirme en el agua que purifica…
Y así, al salir del río Jordán, en la presencia de Juan, me siento con ánimos de iniciar una nueva vida, en la confianza de ser perdonado, experimento su cercanía y su perdón… y aprovecho el momento de sentirme querido en mi miseria… y agradezco y agradezco… quiero vivir conectado con el Dios de la vida, para vivir en su espíritu, en su onda… puedo vivir la amistad con Dios. Viviendo tanto tiempo con miedo, ya me estaba cansando de esa situación irreversible. Y me tomo un tiempo para poder saborear con gusto este momento de aceptación incondicional…
5. COLOQUIO
Resumen de lo vivido en la oración: un texto, una palabra, una imagen… lo que más me ha llegado, lo que parecía que iba para mí, aquello con lo que me identifico… Le pido, le doy gracias…