¿Cómo acertar a dar vida a lo muerto?

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Jn 11, 1-46

Imagen de Johnhain (Pixabay)

 

0. TEXTO (leer pasaje entero)

Un hombre llamado Lázaro había caído enfermo. Era natural de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. Esta María, hermana de Lázaro, fue la que derramó perfume sobre los pies del Señor y los secó con sus cabellos. Así que las dos hermanas enviaron a decir a Jesús:
 
– Señor, tu amigo está enfermo.
 
(…)
 
Jesús, al llegar, se encontró con que ya hacía cuatro días que habían sepultado a Lázaro (…). Cuando Marta supo que Jesús estaba llegando, salió a recibirle; pero María se quedó en la casa. Marta dijo a Jesús:
 
– Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero aun ahora yo sé que Dios te dará cuanto le pidas.
 
Jesús le contestó:
 
– Tu hermano volverá a vivir.
 
Marta le dijo:
 
– Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último.
 
Jesús le dijo entonces:
 
– Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y ninguno que esté vivo y crea en mí morirá jamás. ¿Crees esto?
 
(…)
 
Jesús, se acercó al sepulcro. Era una cueva que tenía la entrada tapada con una piedra. Jesús dijo:
 
– Quitad la piedra.
 
(…)
 
Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo:
 
– Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero digo esto por el bien de los que están aquí, para que crean que tú me has enviado.
 
Habiendo hablado así, gritó con voz fuerte:
 
–¡Lázaro, sal de ahí!
 
Y el muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas y envuelta la cara en un lienzo. Jesús les dijo:
 
–Desatadlo y dejadle ir.
 
(…)
 

1. SITUACIÓN                                                         

Este texto tiene varias lecturas, se está hablando de muerte espiritual y de muerte biológica. Aquí vamos a centrarnos en la muerte espiritual, de manera que empalmamos con otras lecturas similares de Juan como, por ejemplo: Nicodemo (nacer de nuevo), el ciego de nacimiento (aplicado a los catecúmenos del bautismo, el paso de la oscuridad a la luz, que vimos el pasado domingo), la samaritana (que pasa de adorar en el Templo a vivir como surtidor de agua viva en su interior).

Se trata, pues, de que Lázaro está sin vida espiritual, espiritualmente muerto; como tantos que hoy funcionan con encefalograma espiritual plano, sin ganas de nada, con depresiones y múltiples enfermedades mentales. A Lázaro ya lo han enterrado porque no tenía solución y están haciendo el duelo por su muerte espiritual. No hay nada que hacer, es el cuarto día (para un judío tres días era el máximo tiempo a esperar por si todavía había vida).

Jesús, cuando se entera de la situación de Lázaro, se arriesga por su amigo aun sabiendo que, como le recuerdan los discípulos, los judíos intentaron apedrearle la última vez. Llega a Betania y habla con sus hermanas, Marta y María. Las dos le dicen: “Si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano”. Jesús les responde: “Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en Mi aunque muera, Vivirá”. Es un verbo en presente. En Jesús hay Vida y quiere trasmitírsela a Lázaro para que Viva.

Llega al sepulcro y manifiesta llorando su dolor; realmente le quería. Ante el sepulcro hace la oración: “Te doy gracias porque me has escuchado… Lázaro sal fuera” (de esa muerte espiritual que te tiene atenazado). Sale él sólo. La Vida de Jesús y su Palabra consiguen poner Vida en la situación de Lázaro. Y una vez en Vida pide: «Ayudadle a vivir, soltadle las manos, quitadle lo que le impide ver y dejadle caminar».

2. HACEMOS SILENCIO

Podéis tener a mano los pasos del cómo hacer silencio copiados en una hojita juntamente con el texto del evangelio a contemplar hoy. (Si necesitas los pasos para hacer silencio detallados entra en: oración contemplativa).

3. ME HAGO PRESENTE: VER, OIR, GUSTAR…

NOTA: Que los puntos suspensivos… sean el lugar donde pararse y contemplar (gustar y sentir).

Me sitúo con Jesús y los Doce en el momento en que Jesús les anuncia que sube a “despertar a Lázaro” porque le ha llegado un mensaje: “Tu amigo está enfermo”… Enfermo de una enfermedad espiritual y psicológica, depresión, noche oscura del alma… Así le tenemos a Lázaro, que parece un muerto viviente… Le escucho a Jesús: “Esta enfermedad no acabará en muerte”… Acompaño en esa situación de dolor por el sufrimiento de un amigo…

Jesús habla con los discípulos de sus intenciones de salir para Betania. Estoy con ellos cuando los Doce le recuerdan: “Hace poco los judíos intentaban apedrearte y quieres volver allí”… Jesús responde: “Lázaro ha muerto… está hundido… vayamos a verlo”… Tomás toma la palabra: “Vamos nosotros también a morir con Él”… Me doy cuenta de lo que les cuesta acompañarle a Jesús en ese momento… pero van, y yo con ellos…¿Cómo me siento?… Pido tener los mismos sentimientos de Jesús…

Llegan a Betania… Marta se echa a los pies de Jesús y le reprocha: “Si hubieras estado aquí no hubiera muerto mi hermano”… Acompañamos sin saber qué decir… Jesús la consuela: “Yo soy la resurrección y la Vida. Quien crea en mí, aunque muera, Vivirá… ¿Crees esto que te digo?»… Al poco llega María que le dice lo mismo… Es muy doloroso… María se echa a llorar y Jesús con ella… Les acompaño en el duelo… Aprendo a ser compasivo, a compadecerme con los sufrientes… Me tomo mi tiempo…

4. JESÚS Y YO. ME  SITÚO EN EL HOY

Cuando alguien estaba como Lázaro no era raro que le dejaran fuera de la casa, en un espacio aparte, fuera del espacio común… Les acompaño. Jesús pregunta: “¿Dónde lo habéis puesto?”… Llegamos al lugar… La persona que se ha abandonado, que no se ha dejado hacer, o no ha sabido hacer, que huele… está en un sepulcro… allí se ha metido o le han metido… Acompaño situaciones de muerte espiritual, de personas rotas… y aprendo con Jesús a estar ahí… Me tomo mi tiempo…

Estoy con Jesús cuando hace la oración de acción de gracias: “Te doy gracias Padre porque me has escuchado, porque siempre me escuchas”… junto a María y otras personas que habían llegado a acompañarles… Escucho a Jesús decir: “Lázaro, sal fuera de la tumba”… Lázaro sale por si mismo… La palabra de un Amigo de Confianza, de un amigo con Vida, le pone en movimiento… Empiezo a entender lo que es Jesús: “De Él salía una fuerza que sanaba”… ¿Cómo me siento?… ¿Pido algo?…

Jesús quiere tomarse un tiempo conmigo diciéndome: “Sal fuera de tus desolaciones, de tus miedos, de lo que te mantiene en la región de los muertos, de tus encierros… que no te pase como a Lázaro… Dios sigue Vivo en ti, habita en ti, aun cuando estás a oscuras y te cuesta creer que es así… Dios sigue soplando su Aliento sobre ti… Tú elige Vivir, elige la Vida”… Disfruto de su Palabra y me tomo mi tiempo para saborearla y hacerla mía… Me anima a dar la Vida recibida…

5. COLOQUIO

Lo hago recogiendo lo vivido en la oración… Le cuento lo que más me ha llegado… Lo que parecía que iba para mí… Aquello con lo que más me he identificado… Un texto, una palabra, una imagen… Y le pido algo… O le doy gracias…

Y así termino, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

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